Analistas han planteado que la Eurozona debería lanzar bonos denominados en euros, es decir, un bono común.
De momento, Alemania y Francia han hablado poco al respecto y es que para ellos, los rescates a Grecia, Irlanda y Portugal están pasando factura a sus finanzas.
En mi opinión, tanto Alemania en la cima del bloque como para Grecia en el otro extremo, necesitan más que una moneda común. Para los grandes, una desaparición del euro apreciaría de más sus monedas y traería consecuencias muy negativas para sus exportaciones (vemos el caso actual de Suiza) mientras que por el otro extremo, para los países dañados, sería casi imposible conseguir financiamiento exterior. Así que con bono común o no, se debe trabajar para marcar un equilibrado plan de sustento para el euro en donde los fuertes ayuden a los débiles sin descuidar sus números.
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