martes, 12 de febrero de 2013

El dilema del Banco de México

Actualmente, México es percibido ante el inversionista extranjero como un lugar seguro en terminos macroeconómicos. Esta reputación, la ha venido construyendo tiempo atrás con niveles inflacionarios en línea, tasas de interés atractivas, elevadas reservas internacionales y un tipo de cambio que se podría llamar estable.

Por todo ésto, tan solo en el primer mes del año, entraron al país 40,000 millones de pesos en instrumentos gubernamentales provenientes del extranjero y con ello dar un total de 1 billón 610, 632 millones de pesos; Si tomamos en cuenta que el 65% de los CETES Mexicanos (equivalente a los T-BILLS en USA) se encuentra en posesión de inversonistas extranjeros y que alrededor del 50% del total de Bonos Mexicamos también se encuentran en manos fuera de sus fronteras, podemos darnos cuenta de la buena reputación que la economía Mexicana goza en éstos momentos.

Sin embargo, las altas cantidades de dinero que podrían salir desordenadamente al mejorar la situación en otras latitudes com Europa, Asia o el mismo Estados Unidos, pueden generar desordenes de tipo macroeconoómico a nivel local. Otra desventaja se da ya que el peso Mexicano podría apreciarse de una forma mayor a la esperada (producto de la especulación) que traería efectos negativos sobre el desarrollo interno del País (balanza comercial).

Por lo anterior el Banco Central esta percibiendo que éstas altas cifras podrían estar generando ciertas burbujas en el Páis y es aquí cuando el dilema del Banco Central aparece ya que una de las herramientas más comunes para desalentar "en forma ordenada" la entrada de capitales en exceso sería la de una baja en su tasa de interés aunque ésto provocaría una aumento inflacionario con sus respectivas repercusiones en la percepción y crecimiento interno del País.